>>AHORA QUE SABES, NO PUEDES
FINGIR IGNORANCIA. AHORA QUE ERES CONSCIENTE DEL PROBLEMA, NO PUEDES PRETENDER
QUE NO TE IMPORTA. PREOCUPARSE ES SER HUMANO. ACTUAR ES QUERER.-VASHTI
QUIROZ-VEGA. <<
Probablemente es el
grupo con un perfil menos definido. Se trata del grupo de compañeros que
colaboran con el acoso y en gran medida lo hacen posible por no denunciarlo a
padres o profesores. Su actitud puede ser de colaboración, jaleando las
acciones e incluso grabándolas con las cámaras de los móviles. Pero incluso si
se limitan a no hacer nada, su actitud pasiva refuerza la conducta de los
agresores, pues no deja de ser una forma de aprobación. En ocasiones, actúan de
esta forma por miedo a convertirse en las próximas víctimas si salen en su
defensa o lo ponen en conocimiento de algún adulto, o bien porque creen que
tomando esta actitud les será más fácil integrarse con el resto de la clase.
Cuando se produce una situación
de acoso escolar se instaura una especie de Ley del Silencio, que evita que
ninguno de los protagonistas denuncie. Esa Ley no escrita, esconde miedo a las
consecuencias, miedo a más golpes, miedo a convertirse en víctima y miedo a
dejar de ser “amigo” del popular.
Los agresores necesitan
ese silencio para poder seguir desarrollando las conductas violentas. Se
alimentan de la conducta de los espectadores para mantener el Bullying y
hacerlo cada vez más violento.
Al igual que ocurría
cuando hablábamos del perfil del acosador, no todos los testigos son iguales.
De hecho, se pueden agrupar en dos grandes categorías:
ESPECTADORES
ACTIVOS: aquellos que animan y apoyan al agresor, haciendo
que se sienta más fuerte. Por medio de lo que podríamos llamar un contagio
social de la violencia, acaban participando en el acoso pero no lo inician.
ESPECTADORES
PASIVOS: aquellos que conocen y que observan el acoso, pero
no intervienen. Ni para participar en él ni para detenerlo. Responderían a la
idea de “no es asunto mío”. Este grupo está motivado por el miedo a convertirse
en víctima, y creen que la no intervención les protege.
CONSECUENCIAS
DEL ROL DEL ESPECTADOR
Ser espectador de una
situación de acoso escolar, participando en ella o no, conlleva una serie de
efectos negativos que se perpetúan en el tiempo. Los adolescentes que se
encuentran bajo este rol:
·
Muestran posturas egoístas e
individualistas.
·
Presentan una baja capacidad de empatía
y una actitud indiferente ante las injusticias.
·
Desarrollan un estilo de personalidad
temerosa y sumisa.
·
Atribuyen efectos positivos a las
conductas violentas como fórmula para solucionar problemas.
· Pueden convertirse en futuros agresores.
Los planes de
prevención e intervención sobre las conductas de acoso escolar, deben ir
enfocados a incidir en todos los alumnos, sean víctimas, acosadores o
espectadores. Porque todos ellos se ven afectados por el Bullying, y porque
parte de la solución va a estar ligada a ellos y a cómo resuelven sus
problemas.
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