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lunes, 25 de junio de 2018

ESPECTADOR


>>AHORA QUE SABES, NO PUEDES FINGIR IGNORANCIA. AHORA QUE ERES CONSCIENTE DEL PROBLEMA, NO PUEDES PRETENDER QUE NO TE IMPORTA. PREOCUPARSE ES SER HUMANO. ACTUAR ES QUERER.-VASHTI QUIROZ-VEGA. <<



Probablemente es el grupo con un perfil menos definido. Se trata del grupo de compañeros que colaboran con el acoso y en gran medida lo hacen posible por no denunciarlo a padres o profesores. Su actitud puede ser de colaboración, jaleando las acciones e incluso grabándolas con las cámaras de los móviles. Pero incluso si se limitan a no hacer nada, su actitud pasiva refuerza la conducta de los agresores, pues no deja de ser una forma de aprobación. En ocasiones, actúan de esta forma por miedo a convertirse en las próximas víctimas si salen en su defensa o lo ponen en conocimiento de algún adulto, o bien porque creen que tomando esta actitud les será más fácil integrarse con el resto de la clase.

Cuando se produce una situación de acoso escolar se instaura una especie de Ley del Silencio, que evita que ninguno de los protagonistas denuncie. Esa Ley no escrita, esconde miedo a las consecuencias, miedo a más golpes, miedo a convertirse en víctima y miedo a dejar de ser “amigo” del popular.
Los agresores necesitan ese silencio para poder seguir desarrollando las conductas violentas. Se alimentan de la conducta de los espectadores para mantener el Bullying y hacerlo cada vez más violento.
Al igual que ocurría cuando hablábamos del perfil del acosador, no todos los testigos son iguales. De hecho, se pueden agrupar en dos grandes categorías:
ESPECTADORES ACTIVOS: aquellos que animan y apoyan al agresor, haciendo que se sienta más fuerte. Por medio de lo que podríamos llamar un contagio social de la violencia, acaban participando en el acoso pero no lo inician.
ESPECTADORES PASIVOS: aquellos que conocen y que observan el acoso, pero no intervienen. Ni para participar en él ni para detenerlo. Responderían a la idea de “no es asunto mío”. Este grupo está motivado por el miedo a convertirse en víctima, y creen que la no intervención les protege.

CONSECUENCIAS DEL ROL DEL ESPECTADOR

Ser espectador de una situación de acoso escolar, participando en ella o no, conlleva una serie de efectos negativos que se perpetúan en el tiempo. Los adolescentes que se encuentran bajo este rol:

·        Muestran posturas egoístas e individualistas.
·        Presentan una baja capacidad de empatía y una actitud indiferente ante las injusticias.
·        Desarrollan un estilo de personalidad temerosa y sumisa.
·        Atribuyen efectos positivos a las conductas violentas como fórmula para solucionar problemas.

·       Pueden convertirse en futuros agresores.
Los planes de prevención e intervención sobre las conductas de acoso escolar, deben ir enfocados a incidir en todos los alumnos, sean víctimas, acosadores o espectadores. Porque todos ellos se ven afectados por el Bullying, y porque parte de la solución va a estar ligada a ellos y a cómo resuelven sus problemas.

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